Es uno de los principales elementos adicionados en la elaboración del acero.
Neutraliza el azufre, y forma sulfuros de manganeso evitando la formación de sulfuros de hierro. También es beneficioso porque actúa como desoxidante.
Como elemento aleante en un porcentaje de hasta 1,6% confiere a los aceros al carbono mayor resistencia a la tracción, límite elástico y templabilidad. En aceros aleados al manganeso hasta un 3% confiere indeformabilidad, y en los aceros de alta resistencia al desgaste se utiliza en porcentajes de hasta el 12%.