Es la tensión máxima que un material con propiedades elásticas puede soportar sin sufrir deformaciones permanentes.
Si se aplican tensiones superiores a este límite, el material no recupera su forma original al retirar las cargas, incluso pudiendo llegar a la rotura.
Un material sometido a tensiones inferiores a su límite de elasticidad es deformado temporalmente de acuerdo con la ley de Hooke.