Puede adicionarse voluntaria o involuntariamente al acero por estar presente en la chatarra.
El cobre aumenta la resistencia a la tracción y el límite elástico en el acero.
Puede ir en detrimento de la plasticidad del acero por la aparición de fisuras o grietas originadas por aparición de fases de cobre en la matriz del acero. Aumenta la resistencia contra la corrosión en aire húmedo, siendo suficiente porcentajes inferiores al 0,6%.