Después de la construcción, el mercado de la automoción es el segundo destino de la producción del acero mundial, copando el 16 %. El acero se utiliza en diferentes formatos, tanto en chapa como en piezas fundidas o mecanizadas.
Hoy en día los fabricantes de automóviles se enfrentan a un dilema que deben solucionar. Deben de decidir continuar con el uso de acero o bien elegir otro material. Mientras se les pide que se reduzca el peso final, deben incrementar la seguridad. Todo ello además a unos costos ajustados. Estas necesidades son incompatibles entre ellas, ¿o no?
Reduciendo el peso de un vehículo un 10% conseguiríamos entre un 6 y un 8 % de reducción de consumo de carburante, lo que supone menos emisiones. Además esto supone que con un peso menor, se necesita un motor menos potente para dar las mismas prestaciones.
La elección del material se convierte en un factor clave
La primera opción sería cambiar el material. ¿Aluminio? Los grandes fabricantes de acero ven al aluminio como un material que puede acaparar parte del mercado del automóvil que ahora acaparan ellos. Por otra parte, los productores de aluminio ven el sector del automóvil como una gran oportunidad para sus negocios.
Ya hace 20 años, Audi presento su primer vehículo con un cuerpo de aluminio, en modelos de gama alta, pero han sido incapaces de introducirlo en el mercado de los vehículos de consumo masivo.
Motivos por los que el acero tiene ventaja sobre el aluminio
1.- El primer motivo es el precio. Todos las pruebas realizadas indican que el incremento del precio en un 60 u 80 % con respecto al acero no vale la pena con respecto al peso ahorrado. El aluminio es tres veces más caro, pero además su tratamiento y manipulación también es más costosa que la del acero. Puede ser interesante para la competición o modelos de estudio, pero no para el mercado real.
2.- Un segundo motivo es la evolución del precio del petróleo. En un mercado en el que el precio del crudo es ajustado, los incrementos de costo para reducir peso no son prácticos para el mercado. El consumidor final no está dispuesto a pagar un sobrecoste si no encuentra un retorno a esa inversión.
3.- La fuerte inversión necesaria es otro motivo para frenar el desarrollo del aluminio en este sector. El uso del aluminio supone una inversión impresionante para modificar las líneas de producción actuales. Además, el aluminio no es fácilmente soldable, lo cual es una pega añadida para el ensamblaje.
4.- Un motivo cuestionado es la reducción en la emisión de gases contaminantes. ¿Cuál es el fundamento del control de peso del automóvil? Se supone que descender las emisiones de carbón a la atmósfera. Un menor peso del automóvil puede suponer menos emisiones, pero hay que tener en cuenta el ciclo entero del material.
La producción de aluminio necesita muchos más recursos que el acero y el total de emisiones al final de ciclo es superior al del acero. Algunos estudios cifran la emisión de dióxido de carbono del aluminio en cinco veces la del acero para producir el mismo peso. Ambos materiales son reciclables, pero el aluminio es más complicado de hacer un reciclaje transversal, es decir usarlo para otros destinos. El acero se recicla con facilidad y para cualquier uso posterior.
En el mercado del automóvil el porcentaje de reciclaje del acero es mayor al 100%, ¿cómo es posible eso? Porque con el acero reciclado de un vehículo se puede fabricar algo más que un vehículo, ya que los nuevos modelos tienen menos peso por la mejora de los diseños.
5.- La seguridad es un gran motivo. Hoy en día todos los fabricantes siguen confiando en el acero para las partes del automóvil más críticas en temas de seguridad. Tanto el frontal, como la parte trasera y los compartimentos de las personas son zonas donde el acero es el principal material.
Preguntados los consumidores cuales son los elementos mas importantes para su seguridad en el automóvil, la respuesta ha sido clara y en este orden, los cinturones de seguridad, la estructura de acero y las barras laterales de acero. Siguiendo con el uso del acero no se pone en duda la capacidad de construir coches con una calificación de cinco estrellas en seguridad.
Estamos en un momento de grandes cambios, pero la realidad es que hoy en día el acero supone entre un 58 y un 62 % del peso de un automóvil, mientras que el aluminio no llega al 9%.
Sin embargo sólo la investigación puede mantener esa hegemonía, se deben estudiar nuevas composiciones, tratamientos, acabados y diseños de forma que el acero siga siendo el líder en este mercado.
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